El Barrio de las Letras de Madrid es conocido con este nombre por haber servido de hogar a grandes escritores del Siglo de Oro español. Plumas de la talla de Cervantes, Lope de Vega o Quevedo, fijaron su lugar de residencia en este castizo enclave de la capital, dejando una herencia literaria incomparable que aún impregna sus calles de un aroma especial hoy en día. Descubramos este barrio, y una de las mejores rutas por Madrid.
Si ubicamos el barrio de las Letras en el mapa, éste delimitaría en su parte norte con la carrera de San Jerónimo, al este con el Paseo del Prado, al oeste con la Plaza de Jacinto Benavente y al sur con la Calle Atocha. Todas las calles y vías peatonales comprendidas en este famoso distrito son lo que hoy en día da forma al también denominado Barrio de los Literarios, un verdadero homenaje urbanístico a lo mejor de la literatura histórica de nuestro país.
Actualmente, los innumerables bares y restaurantes han sustituido a los antiguos corrales de comedias, haciendo del barrio de Las Letras de Madrid y sus tapas uno de los mayores atractivos para los visitantes que, cada fin de semana, abarrotan sus calles para disfrutar de un ambiente único en la capital.
Esta tendencia se multiplica aún más si cabe cada primer sábado de mes, cuando los restaurantes del Barrio de las Letras ponen en marcha junto a los bares y demás comercios del distrito, el conocido como Mercado de las Ranas, un mercadillo callejero con un toque castizo muy particular que bien podríamos calificar como un Soho al más puro estilo madrileño.
Si eres amante de la literatura e historia española o si simplemente, deseas conocer una de las zonas de cañas más famosas de la capital de España, añadiendo a tu visita algún toque cultural, te recomendamos que no te pierdas nuestra ruta por el que es uno de los barrios más populares de toda España por méritos propios.
Visita guiada por el Barrio de las Letras de Madrid
Comenzaremos nuestra visita accediendo al Barrio de las Letras en metro, sin duda la manera más cómoda de viajar hoy en día por el centro de la capital española. Más concretamente, lo haremos desde la estación de Antón Martín, en plena Calle Atocha. Ascendiendo por la misma en dirección a la Plaza de Jacinto Benavente, nos toparemos con la Iglesia de San Sebastián, donde descansan actualmente los restos mortales del dramaturgo Lope de Vega. En ella fueron bautizados entre otros, Jacinto Benavente o Tirso de Molina.
Desde allí, doblaremos la esquina a través de la Calle San Sebastián hasta la que seguramente, sea en estos momentos una de las calles con más ambiente y oferta de ocio y restauración de toda la capital, la inconfundible Calle Huertas. Sin duda, una oportunidad perfecta para hacer un pequeño alto en el camino y disfrutar de una caña en cualquiera de sus bares, acompañada por supuesto de una buena tapa.
Caminando por esta fantástica vía en dirección al Paseo del Prado, nos encontraremos con la calle del León, que en su día funcionó como Mentidero de los representantes, reuniendo a gentes del teatro y literatos para conversar durante el siglo de Oro madrileño.
Continuando con la marcha, la primera calle que cruza a la derecha es la calle Lope de Vega, donde se encuentra el Convento San Ildefonso, también conocido como el de las Trinitarias Descalzas. En su interior, descansan los restos de Miguel de Cervantes.
Y sólo una calle más arriba, en la calle Cervantes, pueden visitarse la Casa Cervantes, lugar de residencia del escritor durante una de sus etapas en Madrid y la Casa Lope de Vega, que también hace las dotes de Museo.
Dos paradas obligatorias en este particular recorrido por los recuerdos del Siglo de Oro madrileño.
Los seguidores cervantinos podrán deleitarse descubriendo la segunda edición de Don Quijote de la Mancha en la que fue la casa de su autor.
Justo al lado, residió también el gran Francisco de Quevedo, en el edificio que hace esquina con la calle de su mismo nombre y la calle Lope de Vega. En la fachada, un cartel reza que allí se encontró la casa de Quevedo allá por el 1625, pero lo que muy pocos saben es que esa misma vivienda fue anteriormente casa de Gongora.
Hay quien dice incluso que Quevedo compró la vivienda cuando Góngora vivía en ella de alquiler y en base a las dificultas económicas del segundo, le desahució fruto de su enemistad.
Como veis, el barrio de las letras de Madrid es un libro abierto, una fuente de leyendas literarias que cobran vida en cada adoquín y que merece la pena descubrir al menos una vez en la vida. Un paseo por sus calles es un viaje en el tiempo hacia una de las épocas de mayor esplendor cultural y literario de la historia de España que, además, por qué no decirlo, resulta mucho más sabroso si lo acompañas de unas cañas con sus tapas en cualquiera de sus numerosos bares. Otra opción es ir a la cercana Plaza Santa Ana y descubrir todo lo que Madrid puede ofrecer.
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