Aunque son otros los atractivos turísticos que han popularizado a las Islas como uno de los destinos favoritos de nuestros vecinos europeos, el enoturismo en Canarias ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, al tiempo que lo hacía la calidad de la producción de sus viñedos.
Y es que, pese a que Canarias es mundialmente conocido por sus playas y su envidiable clima, su vino lleva conquistando los paladares de sus visitantes desde hace cientos de años.
Además de su incomparable sabor, los vinos de Tenerife destacan especialmente por su variedad, reuniendo en un pequeño territorio una enorme diversidad de uvas que dan lugar hasta a cinco Denominaciones de Origen diferentes en la isla. De este modo, no exageramos al afirmar que la Isla de Tenerife es un lugar único en lo que se refiere a producción y tradición vinícola.
No es de extrañar que el turismo enológico en Tenerife continúe hoy en día atrayendo a amantes de esta bebida ancestral procedentes de todos los rincones del mundo.
La ruta del vino de Tenerife
Si tienes pensado pasar varios días en la isla, nuestra recomendación es que trates de informarte acerca de la previsión meteorológica durante tu estancia y aproveches alguna de las jornadas más frescas para descubrir los inconfundibles sabores de sus vinos.
Antes de comenzar la ruta del vino y para poder disfrutar al máximo de ella, deberías buscar un alojamiento que te brinde confort y buena ubicación, como ofrece el Hotel Catalonia Punta del Rey. Su estratégica localización cerca de la costa y de la ciudad, sus magníficas vistas al mar, junto con un amplio catálogo de servicios: deportes acuáticos, piscinas exteriores, gimnasio o parque infantil entre otros, convierten a este hotel en una opción muy interesante de alojamiento en Tenerife.
Tegueste
Nuestra ruta por las bodegas de Tenerife arranca en el municipio de Tegueste, tierra de tintos suaves y blancos afrutados y aromáticos. No te pierdas su Mercadillo del Agricultor, donde podrás adquirir directamente alguna botella de sus mejores cosechas.
Déjate aconsejar por los lugareños de la zona y empápate bien de su historia agraria y su apreciada artesanía. Se trata también de una gran oportunidad para degustar alguno de los manjares que nos ofrece la gastronomía isleña, siempre regados eso sí, con alguno de sus deliciosos vinos.
Valle Guerra
A continuación, tomaremos la TF-16 en dirección a Valle Guerra. A lo largo de toda el área, encontrarás bodegas donde tendrás oportunidad de realizar una gran cata de los vinos de Tenerife y comprar aquellos que más te seduzcan. Recuerda que, si viajas en avión de vuelta a casa, tendrás que facturar maleta para poder transportar las botellas que compres durante tu estancia en la isla.
Taroconte
Desde allí, partiremos hacia Tacoronte, una localidad completamente rodeada de viñedos y en la que se concentra la mayor parte de la actividad comercial de la región. De ella proviene una de las cinco Denominaciones de Origen tinerfeñas, la conocida como Tacoronte-Acentejo.
Sauzal
Nuestra siguiente parada será el municipio del Sauzal donde aprovecharemos para visitar la Casa Museo Insular de la Vid y el Vino. Sus vinos blancos desprenden un aroma especial y sus tintos derrochan personalidad y madurez. Una parada obligada para todo enoturista que se precie.
Santa Úrsula
Para terminar, finalizaremos este recorrido tan especial por los vinos de Tenerife en el municipio de Santa Úrsula, dejando atrás la conocida zona de Acentejo.
Nuestro último alto en el camino es famoso por su arraigada tradición vinícola y gastronómica y supone una oportunidad de lujo para contagiarnos con los mejores sabores de la isla de la mano de sus vinos y la cocina local.