El País Vasco es una de las regiones más bellas de todo nuestro país, tanto en términos urbanos como naturales. Sus ciudades respiran la identidad de su arraigada cultura, transmitiéndola al mismo tiempo a través de su arte, su elegancia y su gastronomía.
Pero más allá de Vitoria, Donosti y Bilbao, el País Vasco es una tierra que también se caracteriza por la belleza de sus pueblos y sus numerosos entornos naturales. Cada una de sus localidades cuenta con una historia especial y tiene algo interesante que descubrir.
Si te alojas en Donosti, no puedes perderte esta lista de recomendaciones de los mejores lugares para visitar en sus inmediaciones. Un fin de semana es tiempo más que suficiente para descubrir y disfrutarlos todos. ¿Ya tienes el GPS activado? ¡Nos vamos de viaje!
Los paisajes y pueblos que ver cerca de San Sebastián
Los Pasajes de San Juan
La opción perfecta para aquellos viajeros que no dispongan de mucho tiempo, pero tengan ganas de salir de la ciudad y conocer alguno de los municipios que pueblan sus alrededores. Víctor Hugo llegó a definir esta pequeña localidad como “un pequeño edén resplandeciente, adonde llegué por azar y sin saber donde estaba”.
Una de las mejores muestras de lo que es la arquitectura rural vasca y su ambiente marinero de años atrás. No te pierdas la Casa Museo del nombrado autor de Los Miserables o su pintoresco y cuidado casco antiguo.
Fuenterrabía
Junto a la frontera con Francia y a orillas del río Bidasoa se asienta esta antigua villa marinera que rebosa tranquilidad y paz detrás de cada callejón.
Su ubicación la ha convertido en uno de los destinos favoritos de veraneo en el sur de Francia, pero también son muchos los españoles que acuden a sus calles para olvidar el estrés y la rutina diaria. Sus murallas, las puertas de la ciudad, el casco viejo, sus numerosos bares de pintxos… y muchas las razones por las que merece la pena conocer el que es el último pueblo español fronterizo con nuestro país vecino.
Zarauz
En este caso hablamos de un municipio algo más adaptado a los nuevos tiempos, pero que a la vez conserva esas señas de identidad tan características de la cultura de la región.
Se trata de un destino mayoritariamente de veraneo, pero cuenta con numerosos atractivos turísticos que hacen de su visita un plan recomendable durante cualquier día del año. Algunos buenos ejemplos son el Palacio de Narros, la Casa Doratekua, la Casa Makatza o la Iglesia de Santa María la Real.
El famoso cocinero Karlos Arguiñano cuenta con un restaurante en sus playas con unas vistas espectaculares. Eso sí, si deseas probar sus recetas, tocará reservar con tiempo.
Getaria
De nuevo un pueblo pesquero, con olor a mar y esa arquitectura rural tan típica del País Vasco. Su fama se la debe principalmente al monte de San Antón, más conocido como “El ratón de Getaria” debido al parecido de su silueta con la del animal. Dispone de hasta 3 playas diferentes para disfrutar en verano.
Zumaya
Una localidad rodeada de paisajes de ensueño y que simplemente por su ubicación, ya merece la pena conocer.
Zumaya se extiende sobre un escarpado acantilado frente al mar y a sus espaldas, las laderas verdes de hierba interminable dan la bienvenida al visitante a un lugar realmente precioso. El rincón perfecto para conectar con la naturaleza y escapar de la rutina y el estrés durante unos días.
Bayona
Toca cruzar la frontera hacia Francia para disfrutar nuevamente de una localidad llena de encanto. La influencia de estilos más afrancesados se hace patente en algunas de sus fachadas, pero su atmósfera encierra todo el ambiente del País Vasco francés.
Sus puntos de interés más importantes son su Catedral, el Chateau Vieux, el Ayuntamiento, el mercado de Las Halles o su completo Jardín Botánico.
El embalse de Urkulu
El entorno perfecto para disfrutar de una agradable ruta por la naturaleza en familia. Tras poco más de 6 kilómetros paseando a través de maravillosos paisajes, accederás a este precioso embalse, rodeado de laderas verdes y colinas redondeadas. Un must para los amantes de la naturaleza.
El Santuario de Arantzatzu
Se trata de uno de los templos más carismáticos y populares de todo Euskadi. Hasta tres veces han sido derribados sus muros a lo largo de la historia, volviendo a levantarse tras cada una de ellas hasta presentar su versión actual.
Su arquitectura es cuanto menos curiosa y original, llamando la atención del visitante desde su llegada. Se sitúa en el municipio de Oñate y cuando descubras sus imponentes muros te darás cuenta rápidamente de por qué goza de un lugar de honor dentro de nuestra lista.
Como suele ocurrir cuando hablamos de esta maravillosa provincia, el entorno natural que lo rodea es sencillamente, de cuento.
