A la hora de trazar una ruta por Salamanca hay muchos factores a tener en cuenta. Dependerá del tiempo que tengamos pensado pasar en la ciudad, de la idea de turismo que queramos hacer y del carácter de nuestro viaje. Puede ser un fin de semana, la escapada en un puente, o un destino de vacaciones para conocer el interior de España.
Salamanca es una ciudad que se caracteriza por su ambiente universitario. Su frescura y magia nocturna y, al mismo tiempo, por su historia e importancia arquitectónica.
El abanico de lugares que visitar y cosas que hacer en Salamanca esconde opciones para todos los gustos, por eso es una de esas ciudades que atraen multitud de visitantes todos los años. Simplemente hay que saber trazar y llevar a cabo la ruta turística por Salamanca que más se ajuste a nuestras preferencias y necesidades y prepararnos para descubrir una ciudad única.
Turismo por Salamanca, una ciudad para todas las edades
Como comentábamos, las posibilidades en relación a esta ciudad dependen completamente de nosotros. Es posible conocer Salamanca en tres días, pero también puedes disfrutar de la ciudad durante un mes, descubriendo nuevos secretos a diario.
Sin duda, se trata de una ciudad diferente, un rincón de Castilla y León donde la modernidad convive con la historia en una armonía especial. No hay más que visitar el Convento de San Esteban y unas horas después, dar una vuelta por los bares de Salamanca para darse cuenta de que es una urbe apta para todos los gustos y edades. Quizás sea eso lo que la convierte en uno de los destinos turísticos favoritos de jóvenes y mayores o quizás sea la atmósfera que respira su interior. Uno no es consciente de su grandeza hasta que la visita.
Y qué decir de su cocina, fruto de los mejores productos de Castilla y de un gusto especial por la cuchara y las buenas carnes. La gastronomía de Salamanca es una de las más ricas de España y es que no hay más que dar un paseo por sus calles y disfrutar de sus aromas para darse cuenta de que hablamos de una región muy a tener en cuenta también en materia culinaria.
Salamanca cuenta con varias denominaciones de origen que la hacen bastante atractiva para todo lo que se refiere a turismo gastronómico. Muchos de los visitantes se acercan a la ciudad a probar sus excelentes embutidos, como el jamón de Guijuelo que cuenta con fama internacional, o el farinato. A parte de todos estos productos, también se pueden degustar platos típicos como el hornazo, una empanada rellena con productos de la tierra como lomo, chorizo, o jamón. Otro plato típico salmantino es la chanfaina, un tipo de arroz con menudillos de cordero. Como pueden ver, la oferta es muy amplia.
Por si fuera poco, la fiesta de Salamanca es posiblemente la más popular del interior de nuestro país. Su condición de ciudad universitaria, hace que cada fin de semana, que en sus calles comienzan los jueves, la urbe se transforme en un hervidero de jóvenes con ganas de pasarlo bien en uno de los mejores ambientes nocturnos del país. ¿Acaso se puede pedir más?
Qué ver en Salamanca
La Plaza Mayor de Salamanca ha conseguido a lo largo de los años erigirse como el lugar más simbólico y emblemático de la urbe junto a la Universidad. Y desde luego, la fama es más que merecida. Situarse en su centro y observar todo el ambiente, las formas arquitectónicas y en general, la vida que fluye a nuestro alrededor, es un verdadero placer para los sentidos.
De obligada visita son también sus dos catedrales. La Catedral Vieja de Salamanca empezó a construirse en el s.XII y desde entonces, se eleva sobre el cielo de la ciudad sorprendiendo a viandantes por su enormidad y belleza. Pero como suele ocurrir en estos casos, su hermana pequeña, la Catedral Nueva de Salamanca consiguió superarla prácticamente en todos los aspectos. Su altura de 110 metros la convierten en la segunda catedral más alta de España, pero no sólo destaca por su enormidad. La mezcla de estilos gótico, barroco y renacentista en su composición, hacen de ella uno de los edificios más bellos de Castilla y por qué no decirlo, de España en general.
Y no podríamos terminar este repaso sin mencionar la Casa de las Conchas, otro de los signos de identidad de la localidad. La fecha de su construcción (1517) explica la armoniosa combinación de elementos góticos con tintes renacentistas en su fachada, sin olvidarnos de su precioso patio interior, cuidado y conservado a las mil maravillas.
A todo esto, por supuesto debemos sumarle su ya nombrada Universidad, posiblemente la más famosa del país y la causante de que se trate de una de las ciudades con mejor ambiente joven de toda España. Toda ruta por Salamanca que se precie debe tenerla como punto de partida. Por supuesto, tampoco puedes perderte el puente de Salamanca. Para preparar tu viaje a Salamanca puedes contar con nuestro céntrico hotel en Salamanca, junto a la Plaza Mayor, tanto para un fin de semana, como para estar una temporada y conocer la ciudad en toda su profundidad.